http://3.bp.blogspot.com/.../Capitalismo.jpg |
Los despidos en masa, la burbuja
tecnológica, el caso Enron, el esquema Madoff-Ponzi, la burbuja inmobiliaria y
la reciente crisis financiera, así como la inquebrantable brecha en la
disparidad del ingreso y la crisis económica de la zona euro, con sus implicancias
multimillonarias por concepto de pérdidas, quiebras y enormes rescates, son
algunos de los desastres económicos que han hecho noticia en todos los medios a
lo largo de la última década. Mucha gente usa estos desastres para criticar a
la economía de mercado e inclusive cuestionar la viabilidad del sistema
capitalista. Para mucha gente estos fenómenos son la consecuencia enfermiza del
capitalismo.
Pero ¿es este parecer correcto? En
realidad no lo es. Este parecer se basa en un error de concepto: se confunde el
formar parte o ser el resultado de algo estructuralmente o por definición, con el
tener una vinculación coyuntural. La relación que existe entre estos desastres
y el capitalismo es eventual y finita y no guarda vinculo estructural. Puntualmente
estos desastres no resultan porque el capitalismo es defectuoso.
El capitalismo es un sistema económico
en el que los medios de producción y comercialización son privados y los
recursos escasos se asignan voluntariamente en términos de la información
disponible en los mercados. No es un sistema perfecto pero es el único sistema
que maximiza el crecimiento y las libertades individual y económica. Dispersa
el poder entre muchos; no lo concentra entre pocos. En contraste al socialismo,
el capitalismo es flexible, adaptable; no es rígido. La experiencia demuestra
que la propiedad privada de los medios de producción y comercialización florece
donde se le siembre, independientemente de la idiosincrasia y demás factores
culturales y sociales. Los experimentos socioeconómicos que han tratado de
afectar parcial o totalmente su dinámica fundamental han fracasado. Un claro
ejemplo son las propuestas económicas del bienestar que tienen por objeto
redistribuir la riqueza. Varias de las economías del bienestar europeas están
en serios aprietos y ninguna de ellas muestra una mejor trayectoria que las
economías con un sistema capitalista competitivo.
El capitalismo necesita de un sistema
legal maduro y proactivo. También es cierto que el capitalismo no resuelve
todos los problemas eficientemente. Pero ello no se debe tanto a fallas
estructurales, como a nuestras debilidades individuales, como, por ejemplo, la
deshonestidad, la venalidad y la conveniencia. Estas debilidades son
universalmente humanas y no institucionales. Las instituciones no toman
decisiones. Las decisiones las tomamos nosotros como individuos. Las
instituciones únicamente canalizan las decisiones que tomamos. No encuentro
mayor relación entre la ética y las instituciones, como sí la encuentro entre la
ética y nuestras decisiones. Los desastres que encontramos en la historia
económica universal reciente son más una consecuencia de nuestras decisiones
equivocadas y hasta irresponsables, que otra cosa. El capitalismo no es
perfecto pero me parece imprudente utilizar estos desastres como argumentos
para cuestionar su viabilidad como sistema económico.
*/Publicado en el diario Expreso el 4 de mayo de 2012.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario