http://3.bp.blogspot.com/-ORFenw_SiEE/T_i0rl_clXI/AAAAAAAAAFM/BooP7lezl10/s320/Conga.jpg |
¿Por qué una parte de nuestra
población se opone a la actividad minera en el país? ¿Por la contaminación
ambiental que genera? ¿Es esta la razón por la que autoridades regionales en varias
partes del país exhortan a la población a manifestarse en contra de proyectos
como el de Conga y a realizar disturbios como los de Espinar y Celendín? Así
parece. Pero ¿es tan grave la profanación de las aguas, la degradación de los
suelos y la polución del aire, como para incompatibilizar la minería con el medio
ambiente?
Existen diversas formas
de abordar este conflicto aparente. Para abordarlo económicamente dejemos la
pasión de lado y apelemos a la razón al responder las siguientes interrogantes.
¿Existe contaminación ambiental en la actividad minera? De ser así ¿debemos
responsabilizar a la empresa minera de esta contaminación? Finalmente, ¿prescindimos
de la minería porque contamina o vemos la forma de mitigar la contaminación
para viabilizar la minería para el provecho de nuestra sociedad?
La actividad minera sí
contamina el medio ambiente. Pero los verdaderos responsables de esta
contaminación son los consumidores de los bienes cuya producción necesita de
los minerales como materia prima. Somos los consumidores quienes tenemos que
pagar por tener procesos productivos más verdes. ¿Quién más va a pagar por
ello? ¿Las empresas mineras? ¿Por qué? Estas empresas existen porque existe una
demanda por los minerales. Ellas sólo fungen como coordinadores de las
actividades entre consumidores y productores. Sin embargo las autoridades
regionales arremeten contra ellas por considerarlas culpables.
Por otro lado, si no
estamos dispuestos a parar toda la actividad económica industrial ¿por qué
vamos a parar la minería? Porque toda actividad económica industrial contamina.
¿Vamos a detener el dinamismo de nuestra economía? Sólo si estuviésemos
dispuestos a renunciar a nuestro bienestar. ¿Estamos dispuestos a dejar de lado
el esfuerzo de los últimos 20 años? Afortunadamente no necesitamos llegar a
este extremo porque no se trata de un dilema—el de contaminar o no contaminar--sino
de resolver un problema: encontrar un nivel óptimo de contaminación.
El nivel óptimo de
contaminación ambiental es aquel que genera un equilibrio entre el beneficio económico
de reducir la contaminación y el costo económico de dejar de tener aquellos
bienes y servicios de cuyos procesos productivos emana esta contaminación. Para
obtener este nivel de contaminación óptima existe la regulación ambiental así
como diversos instrumentos de política económica. El impuesto a los efluentes
contaminantes, por ejemplo, es uno de ellos y de alta eficacia toda vez que
genera un incentivo económico para reducir la contaminación.
Resulta inexacto, por
tanto, pensar que la actividad minera es incompatible con el medio ambiente. Sin
embargo se insiste en una posición anti-minera. ¿O es que existe de parte de
estas autoridades regionales una agenda paralela que para cumplirla usan los
intereses generales de la población a través de protestas callejeras,
enfrentamientos violentos, derramamiento de sangre y enormes pérdidas económicas?
*/Artículo publicado en el Diario Expreso el 06/07/2012.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario